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Adviento: Un llamado a comenzar de nuevo

🌅 10 de diciembre – Adviento: Un llamado a comenzar de nuevo

Le pido a Dios que hoy abra un camino fresco en tu corazón y te dé la valentía de iniciar la vida nueva que Él desea para ti.

Adviento es una temporada hermosa, pero también profundamente confrontadora. Nos recuerda que Jesús vino, viene y volverá. Y en ese “entre tanto”, cada uno de nosotros es llamado a revisar la dirección de su vida. No se trata solo de prepararnos para celebrar Navidad, sino de preparar el corazón para un encuentro real con Dios.

Hay momentos en los que sentimos que necesitamos un reinicio. Ciclos que queremos cerrar. Actitudes que deseamos dejar atrás. Heridas que ya no queremos arrastrar. Adviento nos invita precisamente a eso: a detenernos, respirar y reconocer que Dios aún puede escribir algo nuevo en nosotros.

Aunque a veces tratamos de seguir como si todo estuviera bien, en el fondo sabemos que hay áreas que deben cambiar. No por culpa, sino por gracia. No por presión, sino por amor. Dios no señala para avergonzar: Él revela para restaurar.

Historia

Leí hace un tiempo la historia de un hombre llamado Samuel. Durante años vivió acumulando errores, decisiones impulsivas y rupturas que nunca quiso enfrentar. Cada diciembre decía lo mismo: “El próximo año sí voy a cambiar”. Pero pasaban los meses y su vida seguía igual. Hasta que un día, mientras caminaba solo al amanecer, sintió que algo dentro de él se quebraba. No era tristeza; era una claridad inesperada. Por primera vez entendió que no necesitaba fuerza para cambiar, sino sinceridad para rendirse.

Ese día habló con Dios con palabras torpes, pero honestas. Le pidió ayuda para salir del lugar emocional y espiritual en el que había estado atrapado. Y mientras oraba, sintió algo que describió así: “No fue una luz en el cielo, fue una luz dentro de mí”. Ese fue el comienzo de su vida nueva. No porque se esforzó más, sino porque dejó a Dios guiar su corazón.

Versículos a meditar

“Enderecen los caminos del Señor.” (Marcos 1:3, NVI)

“Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes.” (Ezequiel 36:26, NVI)

REFLEXIÓN

El Adviento no comienza con luces ni canciones, sino con la voz de Juan el Bautista llamando al arrepentimiento. No como un grito de juicio, sino como una invitación amorosa: “Enderecen el camino del Señor”. Esta expresión implica detenernos, revisar la dirección de nuestra vida y admitir que hay partes que necesitan alinearse con la voluntad de Dios. El arrepentimiento no es una emoción de culpa; es una decisión de regresar.

Cuando Dios promete darnos un corazón nuevo, no se refiere a cambios superficiales ni a comportamientos momentáneos. Habla de una transformación profunda, esa que toca lo que nadie más ve. La vida nueva no comienza cuando mejoramos nuestra conducta, sino cuando permitimos que el Espíritu Santo renueve lo que está cansado, quebrado o endurecido dentro de nosotros. Cambiar no depende de nuestra fuerza, sino de nuestra rendición.

En Adviento recordamos que la luz de Cristo no vino a iluminar a los perfectos, sino a quienes reconocen su necesidad. La gracia de Dios no nos empuja hacia el pasado, sino hacia el futuro que Él ya preparó. Lo que Él pide es un corazón dispuesto. No importa lo que haya ocurrido este año, ni los errores repetidos, ni las caídas que pensaste que ya habías superado. Dios sigue diciendo: “Yo puedo hacerte nuevo”.

Quizás hoy sientes que estás en un cruce de caminos. Una parte quiere avanzar; otra parte tiene miedo de soltar. Pero la vida nueva comienza exactamente ahí: en la sinceridad de reconocer tu necesidad y en la valentía de entregarla a Cristo. Él no solo perdona; Él reconstruye. Él no solo restaura; Él renueva. Este Adviento puede ser el inicio de algo completamente nuevo en tu historia.

Aplicación diaria

  1. Haz una pausa hoy y pregúntate con honestidad: “¿Qué necesita ser enderezado en mi vida?”. Escríbelo sin filtros.
  2. Habla con Dios con sinceridad. No busques palabras perfectas; solo abre tu corazón como lo hizo Samuel en la historia.
  3. Cierra un ciclo: decide hoy soltar algo que sabes que no te deja avanzar espiritualmente.
  4. Busca un paso práctico que refleje tu decisión de vida nueva: pedir perdón, retomar un hábito espiritual, reparar una relación, o apagar una conducta dañina.
  5. Comparte este mensaje con alguien que también necesita recordar que Dios aún puede comenzar de nuevo en su vida.

Ps. Eudomar Rivera

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