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1 de Noviembre 2025– Cuando sientes que tu fe se está apagando

✨ 1 de Noviembre – Cuando sientes que tu fe se está apagando 🔥

Le pido a Dios que hoy renueve tu fe, fortalezca tus manos cansadas y te recuerde que Él no ha terminado contigo.

Hay días en los que el alma se siente como una vela al borde de apagarse. Las oraciones suenan vacías, los pensamientos se vuelven pesados, y hasta los himnos que antes encendían el corazón parecen perder su melodía. No es falta de amor a Dios, es cansancio del alma. Ese tipo de cansancio que no se resuelve durmiendo, sino volviendo a la Presencia.

A veces sentimos que nuestra fe se está apagando no porque hayamos dejado de creer, sino porque hemos intentado sostenernos solos. Nos exigimos ser fuertes todo el tiempo, pero olvidamos que la fe no depende de la fuerza humana, sino de la gracia divina que nos sostiene incluso cuando nos sentimos al borde del colapso.

Y es ahí, en esos momentos de debilidad, cuando Dios se revela más poderoso. No cuando todo está en orden, sino cuando reconocemos que sin Él nada podemos hacer. Él no nos pide que no caigamos; nos pide que volvamos cada vez que caigamos.

📖 Historia

Conocí a una mujer que llevaba años sirviendo fielmente en su iglesia. Un día confesó que ya no sentía nada al orar. Su Biblia estaba llena de subrayados, pero su corazón, vacío. Había atravesado tantas pérdidas que su fe parecía haberse secado como un pozo sin agua. Un domingo, mientras limpiaba el templo, se detuvo frente al altar y susurró: “Señor, no sé cómo orar, pero aquí sigo”.

Semanas después, me contó que, en medio del silencio, comenzó a sentir algo diferente: no una emoción fuerte, sino una certeza suave de que Dios seguía allí, escuchando cada suspiro. No fue una experiencia espectacular; fue una restauración lenta, paciente y real. Dios no le gritó desde el cielo, le susurró al alma cansada: “Aún no he terminado contigo”.

📖 Versículos a meditar

“La caña quebrada no la aplastará, y el pabilo mortecino no lo apagará; con fidelidad hará justicia.” — Isaías 42:3 (NVI)

“Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.” — Isaías 40:31 (NVI)

💭 REFLEXIÓN

Hay una ternura profunda en el corazón de Dios hacia los cansados. Él no aplasta la caña quebrada ni apaga la llama débil. No desprecia al creyente que tiembla, sino que lo toma de la mano y le recuerda que su amor no depende del rendimiento espiritual. Su gracia no se agota cuando nuestra fe flaquea; más bien, ahí es cuando más brilla.

Jesús entiende el cansancio humano. Él también lloró, se apartó a orar solo y sintió angustia en Getsemaní. Pero en cada momento de debilidad, eligió confiar en el Padre. Así también tú puedes confiar, incluso cuando no sientas nada. La fe no siempre grita; a veces apenas susurra, y aun así sigue siendo fe.

El fuego que parece extinguirse no está muerto. Solo necesita oxígeno nuevo: la Palabra, la oración sincera y la comunidad de creyentes que nos recuerda que no estamos solos. Dios no pide perfección, pide perseverancia. No mide la intensidad de tu fe, sino tu disposición a volver a Él una y otra vez.

Hoy, si tu corazón se siente apagado, recuerda esto: mientras haya un hilo de fe, Dios puede avivar la llama. Lo que parece débil ante el mundo, en las manos del Señor puede volver a arder con fuerza. No es el fin, es el reinicio de una historia que Él aún está escribiendo.

🔥 Aplicación diaria

  1. Haz una pausa hoy para orar con honestidad, sin pretensiones. Dile a Dios exactamente cómo te sientes.
  2. Lee Isaías 40:31 lentamente tres veces. Permite que cada palabra te renueve por dentro.
  3. Envía un mensaje de ánimo a alguien que sabes que también está cansado; la fe se fortalece cuando se comparte.
  4. Escucha un himno o canción que solías amar y deja que te recuerde quién eres en Cristo.
  5. Antes de dormir, repite esta oración: “Señor, aunque mi fe sea pequeña, confío en Ti. Enciende de nuevo mi fuego.”

Ps. Eudomar Rivera

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