📅 Mensaje del Día – 9 de septiembre de 2025
Tema: La ofrenda que hizo temblar el cielo 🪙🔥
💬 Introducción
En un mundo que celebra lo grande, Dios observa lo genuino. Mientras muchos dan desde su abundancia, hay quienes dan desde su necesidad… y eso conmueve el corazón del Reino.
Hoy, recordamos a una mujer invisible para el mundo, pero inolvidable para Jesús.
🪷 Historia ilustrativa
El templo estaba lleno. Era día de ofrendas. Los ricos llegaban con bolsas de monedas, hacían ruido al depositarlas, y recibían miradas de admiración.
Pero entre la multitud, una viuda se acercó. Nadie la notó. No tenía escoltas, ni ropas finas. Solo dos pequeñas monedas en la mano.
Las depositó en silencio. No hubo aplausos. No hubo reconocimiento. Solo un gesto… y una mirada.
Jesús la vio. Y dijo algo que nadie esperaba: “Ella ha dado más que todos”. Los discípulos se sorprendieron. ¿Cómo que más?
Porque los demás dieron lo que les sobraba. Ella dio lo que le faltaba. Dio todo lo que tenía.
Su ofrenda no movió el templo… pero movió el cielo.
No sabemos su nombre. No sabemos su historia completa. Pero sabemos esto: su fe fue más grande que su pobreza. Y su entrega quedó registrada en la eternidad.
📖 Versículos para meditar
Marcos 12:43–44 (NVI):
“Les aseguro que esta viuda pobre ha echado en el tesoro más que todos los demás. Todos dieron de lo que les sobraba; ella, en cambio, dio de lo que necesitaba, todo lo que tenía para vivir.”
2 Corintios 9:7 (NVI):
“Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría.”
🔍 Reflexión
La viuda del templo no dio una gran cantidad. Dio una gran confianza. Su ofrenda no fue contada por peso… fue contada por fe.
Jesús no elogió la cantidad, elogió el corazón. Porque en el Reino, lo que vale no es cuánto das, sino cuánto confías.
Marcos 12 nos muestra que Dios ve lo que nadie ve. Él observa el momento en que alguien da sin saber si tendrá para mañana… y sonríe.
2 Corintios 9 nos recuerda que la alegría en dar es más poderosa que la obligación. Porque cuando damos con gozo, estamos diciendo: “Mi provisión no viene de lo que tengo, sino de quien me sostiene”.
Espiritualmente, muchos se sienten pequeños. Piensan que no tienen nada que ofrecer. Pero la viuda nos enseña que lo poco, cuando se entrega con fe, se convierte en mucho.
Hoy, Dios no te pide una gran ofrenda. Te pide un gran corazón. Porque en el Reino, lo invisible se vuelve eterno.
✅ Aplicación diaria
- Haz una oración de entrega: “Señor, lo que tengo es poco… pero lo entrego con fe.”
- Lee Marcos 12: observa cómo Jesús valora lo que el mundo ignora.
- Haz una ofrenda especial: no por cantidad, sino por confianza. Da algo que te cueste… pero que te libere.
- Afirma tu valor: escribe una frase que te recuerde que tu fe vale más que tu cuenta bancaria.
- Comparte esperanza: dile a alguien que su entrega, por pequeña que parezca, puede tocar el corazón de Dios.
Ps. Eudomar Rivera